NOTAS SOBRE LOS APELLIDOS DE CALZADA DE VALDUNCIEL
Extraído del libro Calzada de Valdunciel. Palabras, cosas y memorias de un pueblo de Salamanca, Pascual RIESCO CHUECA,. 346 páginas. 24 x 17 cm. Rústica. ISBN: 84-7797-209-5, ediciones Diputación de Salamanca (2003)
Véase: http://www.dipsanet.es/servlets/Cultura.sAgDetalle?ID=7111&ICONO=14
3.2.1. Apellidos
Los apellidos que se registran en los documentos eclesiásticos del s. XVII en adelante, pertenecientes al archivo parroquial de Calzada, muestran algunos rasgos singulares.
Es infrecuente hasta el s. XIX el uso de doble apellido. Normalmente sólo figura el apellido del padre. La referencia a la madre sólo aparece esporádicamente como complemento denominativo: Sebastian Riesco de la Rentera será hijo de una mujer a la que conocieran por La rentera, quizás porque su familia llevara en renta las tierras del beneficio (propiedades anejas a la parroquia) de Calzada. Así, uno de los apeadores de las tierras del beneficio es identificado como «Manuel Texedor, rentero». El apodo que reciben los de Palacinos, cerca de Añover, es el de renteros, probablemente por haberse dedicado de tiempo inmemorial a llevar en renta las tierras del Obispo y del cabildo de Salamanca.
Las formas «Riesco de la Pola» y «Riesco de la Espina» aluden sin duda a las respectivas madres, cuyos apellidos serían Polo y Espino, respectivamente. En efecto, Juan Riesco y Catalina Espino (nacida en 1661) se casaron en 1676 y fueron padres de Juan (nacido en 1682, muerto en 1758), que sería Juan Riesco de la Espina. Por las mismas fechas (1681) se casaron Manuel Riesco e Inés Espino. También consta en el s. XVI un Pedro Polo, de Torresmenudas, que tuvo descendencia en Calzada. Otras veces, estos mismos apellidos por parte materna eran registrados del modo contemporáneo, por simple aposición: Juan Riesco Polo (+1769) o María Riesco Espino (+1770).
La grafía es inestable: Riesco/Riesgo; Bicente/Vicente; Cabezas/Cavezas, Çurdo/Zurdo..
Los nombres de pila presentan formas castizas actualmente en total desuso: Bárbola por Bárbara, Feliz por Félix, Macías por Matías. Se registra el nombre Pascua como alternativa al actual Pascual o Pascuala. El nombre femenino María se funde a veces con el apellido: Marigarcia = María García. Asimismo, se observan numerosos cultismos eclesiales: Joseph, Jusep en vez de José, Bartholomé, Sanctos en vez de Santos…
Los apellidos son sometidos a declinación de género como si se tratase de un adjetivo pospuesto al nombre de pila. Así, una mujer llamada María cuyo padre se apellidara Tejedor, Riesco, Andrés, Quiñón… constaría documentalmente como Maria Tejedora, Maria Riesca, Maria Andresa, Maria Quiñona… Formas femeninas registradas en la documentación son, por ejemplo, Barrada, Berrenda, Alonsa, Gudina, Zurda, Vieja, Herrera, Morena, Terrera, Nieta, Blanca, Velasca, Barreña. Este procedimiento es de antigua raíz en la antroponimia popular. Por ejemplo, en un documento zamorano de 1256 (Martín, 1982), se menciona a una tal Justa Salgada.
En determinados casos, el nombre de una persona viene complementado por una alusión a su residencia que pretende evitar confusión con otros del mismo nombre. En los documentos notariales aparecen reiteradas las indicaciones «de arriba» y «de abajo» que complementan una especificación allí donde el apellido no basta para situar con precisión a la persona. Como es sabido, «de arriba» quiere decir ‘de la calzada romana hacia levante, remontando la corriente. La referencia toponímica, interna al pueblo, «de abajo», pudo cuajar como apellido en época más temprana: Ayuso. Otros complementos onomásticos en los libros de difuntos y bautizos: «el mozo», «el viejo», «el menor», «el mayor en dias», «el de los Higales» (topn. de Calzada, localizado cerca del casco del pueblo), «el del Corrillo».
En cuanto a la semántica de los apellidos, pueden agruparse como sigue:
- Patronímicos, originados por fijación del nombre del padre. Algunos son mera aposición, no flexionada: Andrés, Lorenzo, Alonso, Vicente, Ramiro, Miguel. Otros, de este mismo tipo, son menos transparentes, aunque también estén bien documentados. Macías es la forma antigua del actual Matías; es el nombre del famoso poeta lírico medieval. Un Maçias Martinez era notario en Salamanca en 1299 (Martín et al., 1977). Rollán es apellido presente en Calzada, aunque no originario. Se trata también de un nombre personal petrificado como apellido, en este caso una forma autóctona del actual Roldán. En Salamanca, Rollán era nombre de los de la etnia franca (Un Don Rollan figura como propietario de tierras en Santa Marta de Tormes en 1212; Sánchez, 2000). Lucas Fernández, que adopta en su obra (s. XVI) una variante literaria del habla rústica llamada sayaguesa, hace uso de esta forma: «¡Juro a sant Rollán, no hago!». «Pedro Rollan, cauallero» es testigo en una transacción de 1269 en León (Casado Lobato, 1983). Polo es forma popular de Pablo, muy común en el medioevo leonés y asturiano. En un documento de venta medieval se menciona «una casa que avemus ena cal de Sant Polo», en Salamanca, en clara referencia a la actual calle de San Pablo (Martín et al., 1977). Pablos, en cambio, es la forma cultista del mismo nombre, que se mantiene fiel al latín Paulus. Santos es nombre de pila que se daba a los nacidos en el día de Todos los Santos. Velasco es nombre personal, frecuente en la Salamanca medieval entre los de etnia vascona o navarra.Otros apellidos, menos abundantes en Calzada, tienen forma sufijada, vaga herencia del genitivo latino: Hernández, Gómez, Ruiz.
- Toponímicos, alusivos al lugar de origen. Muchos heraldistas buscan explicaciones fantasiosas para los apellidos toponímicos, les atribuyen orígenes ultrapirenaicos o los adscriben a etnia judía o morisca. Por lo común, no suele ser así (nadie menos interesado que un converso en poseer apellidos delatores; la documentación inquisitorial muestra una abrumadora mayoría de cristianos nuevos cuyos apellidos son opacos y vulgares). En esta sección se recogen apellidos, frecuentes en Calzada, cuya formación se explica a tenor de la procedencia, en general cercana, de los antepasados. Esta tipo de apellidos se conocen también como post-toponímicos. Éstos, a su vez, pueden clasificarse como: Toponímicos de proximidad: en esta categoría, muy abundante en toda España, se incluyen apellidos de formación relativamente reciente (s. XVI hasta s. XVIII) por desplazamiento desde pueblos vecinos. No pocos de estos apellidos son armuñeses o de comarcas próximas. Por ejemplo, Valdunciel es apellido común en La Vellés y en Arcediano. En Calzada, a su vez, existió el apellido Vellés y su forma femenina Vellesa. Tardáguila es apellido no infrecuente en la Armuña, y con descendientes en Calzada. En Aldearrodrigo se da el apellido Del Arco, alusivo al pueblo vecino de El Arco, así como Alfaraz, pueblo de Sayago.
Es muy probable que el apellido Villanueva, que aparece en Calzada después del s. XVII, tenga su origen en el despoblamiento de Villanueva de Cañedo, que pasó de ser villa a ser alquería. Sin embargo, parece igualmente verosímil, si no más, que el apellido se origine en los vecinos de Aldeanueva de Calzada, antigua aldea luego despoblada (Aldeanuevita en el s. XVIII) que se situaba entre Calzada y Valdunciel. Aldeanueva recibía ocasionalmente el nombre de Villanueva de Calzada. Esta localidad, que aún tenía iglesia y beneficio en el s. XVI, y donde gran parte de la propiedad era de la casa de Alba, se vació por completo antes del s. XVIII; es lo normal que sus vecinos buscaran casa en Calzada.
El apellido Espino, que desapareció pronto de Calzada, vendrá de alguno de los pueblos llamados Espinos de la zona de Zamayón, que se despoblaron precozmente. En 1136, se mencionan «ambos Spinos»; y, más adelante, «ambos Cemaiones» (Martín et al., 1977). Uno de ellos es el actual Espino Rapado, dehesa cercana a Añover.
Otros apellidos toponímicos de proximidad actualmente existentes en Calzada: Ledesma, Alfaraz (pueblo entre Sayago y Tierra de Ledesma). El apellido Rollán, si no es directamente patronímico, podría nacer en el pueblo del mismo nombre. Ayuso puede ser apellido de generación local, alusivo a la residencia en la parte «de abajo» del mismo pueblo de Calzada. Zarza aludirá a alguna población del entorno, como La Zarza (Valladolid) o Zarza de Pumareda (Sca.). Zarzoso puede hacer referencia al despoblado salm. (en la zona de la Sierra) del mismo nombre, famoso por el Convento de Porta Caeli (Monasterio del Zarzoso), que data de 1444 según consta en la Bula de Paulo II que se conserva en el archivo del Convento. También en Ciudad Real se cita el topn.Venta del Zarzoso, de evocaciones cervantinas. Hay también un riachuelo Zarzoso, afluente del Arenal, que lo es del Tiétar, en la Sierra de Gredos. Pero es más bien improbable que estos lugares haya dado lugar a apellidos, y aun menos, que hayan tenido difusión en Calzada. El apele Medina [del Campo?] (
Documentos sobre música en la catedrSuárez-Pajares, ICCMU (Madrid), 1998). Del Corral puede referirse a cualquier despoblado próximo o incluso, del propio casco del pueblo. Gudino puede tanto hacer referencia a alguna localidad de este nombre (una alquería en Doñinos y una aceña en Villamayor) como ser un patronímico basado en el nombre personal Gudino, de base germánica. Fuentes puede tener su origen en Fuentespreadas (Zamora) o en algún otro pueblo próximo del mismo nombre.Toponímicos remotos: se trata de apellidos que aluden a orígenes geográficos distantes, y que probablemente tienen su raíz en época anterior a los apellidos toponímicos de proximidad. Así en Calzada el apellido Castañeda, que inicialmente se acompañaba de la preposición ‘de’. El apellido Castañeda es rarísimo en Zamora y Salamanca, mientras que abunda en León, Asturias y Cantabria.
Sevillano es apellido antiguo en Calzada. Se constata también como apellido en la tierra de Ávila, en el s. XV, (Miguell Sevillano, Alfonso Sánchez Sevillano; Luis López, 1990-91). Un Mathias Sevillano es nombrado en el Libro de bautismos de Argujillo (Zamora, Tierra del Vino) en 1666 (J. Sevillano, comunicación personal). Un Alonso Sevillano figura en el CME en Roelos (Zam.) (Castaño Blanco, 1992). Cabe plantearse la siguiente duda: dado que desde la reconquista el movimiento demográfico era desde Castilla y León hacia Andalucía, resulta en parte inexplicable este origen toponímico. Una posible solución es que el apellido sea realmente antiguo y corresponda a la minoría mozárabe –cristianos que vivieron bajo dominación musulmana y huyeron en la alta edad media hacia el reino de León-. Ello concordaría con la presencia abundante del apellido en una zona tan intensamente mozarabizada como Toro y tierra del vino.
Franco es posiblemente apellido antiguo, que se remonte a la colonización medieval con pobladores ultrapirenaicos. Como es sabido, una de las etnias que repoblaron Salamanca en la Edad Media es la de los francos. También es abundante el apellido Franco en León y Zamora. Dada su influencia en el ámbito del cabildo, que tuvo abundantes posesiones en toda la Armuña, es frecuente la referencia a propietarios francos en transacciones de tierras y casas de los pueblos vecinos. Un despoblado próximo a la Vellés es Pedrosillo Franco, Pedrosiello de Francos en 1243 (Martín et al., 1977). En 1156 un Martinus Francus y su hermana Melina donan al cabildo su heredad en Arcediano (Martín et al., 1977). En Huelmos pervive el topn. Valdefrancos. En Valdunciel había el llamado Barrio de la Rúa (CME) y pervive un topn. referido a un propietario medieval de apellido franco: Pedro Grimale (ya casi irreconocible, en la forma actual Pelogrima).
El apellido «de Oviedo», del que hay raras menciones en el s. XVII, pertenece también a esta categoría. Igualmente, el apellido Sandoval, que pervive en Forfoleda, aludirá a la población leonesa del mismo nombre, famosa por el Monasterio de Santa María de Villaverde de Sandoval, que fue fundado por donación de Alfonso VII en 1171.
Riesco y su variante Riesgo parecen de origen toponímico, si arrancan del mismo tronco que los frecuentes Riesgos y Riescos de León y Asturias (zona de Babia, Laciana, y tierra de vaqueiros de alzada). Se documentan desde antiguo, siempre en ámbito leonés. Staaff, que trabajó en 1907 con cartularios del oriente de León, cita un Pedro Riesco (1222) y un Juan Riesco (1256) (Díez Melcón, 1957). En 1247 aparece como testigo un «Don Pedro, fio de Domingo Riesco», en Villagómez, cerca del monasterio de Trianos (León) (Documentos del Monasterio de Santa María de Trianos, Castán Lanaspa y Castán Lanaspa, 1992). También figura un Pela Riesco (Pelayo Riesco) en un documento de la catedral de León, del s. XIII (Ruiz Asencio, 1993), un Iuan Riesco (de Oudaneçes) en una carta de demanda de 1262 (Colección Diplomática del Monasterio de Carrizo, María Concepción Casado Lobato, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León (Madrid), 1983), Pedro Riesco, Domingo Riesco y Migayel (=Miguel) Riesco (de Carrizo, en una carta de cuentas de 1260 y en sendas ventas de 1254 y de 1233, respectivamente), Ioan Riesco (de Valdefuentes, en 1259; otra cita en una carta de venta de 1271). Un Alffonso Perez Riesco figura en una carta de cambio de 1275; otro Diego Perez Riesco, posiblemente su hermano, de Barielos (Barrillos de Curueño?) en una carta de venta de 1267.
Coromines (DECat., voz risc) ha defendido que el apellido Riesco es apodo aplicado al hombre duro de corazón, que es menos dadivoso que un peñasco; cita para ello a Tirso de Molina: «de peña, de roble o de risco / es, al dar, su condición». Dado que el castellano risco, leonés riesco y mozárabe *resco significan ‘peñasco, cortado, acantilado’, Coromines se inclina por atribuirles un origen común en una forma de participio procedente del lat. rĕsĕcare ‘tajar, cortar’. Este participio * rĕsĕcum debe de estar en la base del apellido Riesco, bien sea por la vía del apodo, o por la del topónimo.
Apodos alusivos a la condición dura, poco caritativa, de bolsa cerrada, del motejado, parecen encontrarse en la Edad Media: «Luys martín bolso de fierro» es un vecino de Cáceres en 1426 (Floriano, 1987). Otras referencias antroponímicas medievales, en efecto, parecen avalar esta hipótesis: en 1480 es testigo de un aforamiento en la zona del Bierzo un tal «Pedro, el Riesco de Sorriba» (Martínez Martínez, 1999); en 1458, también en Sorribas, se menciona una «heredad que tiene en fuero el Riesco»: sin duda se trata del mismo personaje. Hacia 1500, el apodo ya parece ser apellido, pues se menciona en el mismo lugar a una Isabel Resco, descendiente probable del anterior. En un documento de Villalpando, de 1318, aparecen nombradas una Miesol la Riesca y Mioro la Riesca (Vaca Lorenzo, 1988), estructura onomástica que parece también contener un apodo. Tal vez es mote equivalente a ‘zurdo, izquierdo’, si se tiene en cuenta la locución recogida en Maragatería por Garrote: «la man riesga» = ‘la mano zurda’. Esto abre la puerta a otra posible interpretación del apodo: si * rĕsĕcum ‘cortado’, puede evolucionar hasta ‘peñasco, risco’, también podría producirse otra evolución semántica, hacia la idea de ‘mutilado, cortado, manco’. Esta evolución es muy favorable a la generación de apodos. La expresión maragata se explicaría por considerarse popularmente que la mano zurda es tonta, mocha o manca.
Sin embargo, otras menciones al apellido parecen más bien toponímicas, en referencia a alguna braña o asentamiento próximo a un risco (cuya forma asturiana-leonesa era riesco). Todavía en 1406 se registraba en Cáceres el topn. «La penna del Resco» (Floriano, 1987), es decir, ‘la peña del risco’. La hipótesis de un origen toponímico se ve reforzada por la cita «Don Pedro del Riesco confirma» en una carta de venta de 1249 (Casado Lobato, 1983).
Es notable la aparición en la judería de Salamanca de una familia cuyo apellido podría conjeturalmente ponerse en relación con Riesco. En 1358 era recaudador Don Yehudá o Yudá abén Resque, apellido nisba compuesto con aben ‘hijo de’ y un término anterior, que puede haber sido *Resk– ‘manco, mutilado’ si se entiende la última vocal como parágoge de apoyo. El hijo de éste, Yacó, Yacob o Iacó abén Resque o Aberresque, participa en la venta de unas casas en la judería. Casó con Bienvenida para tener un hijo, Yudá, que a su vez contrajo nupcias con Masaltón, hija de Don Çag [=Isaac] Çamon (Carrete Parrondo, 1981). Dado el carácter lingüísticamente híbrido de la onomástica judía medieval en España, donde convivían formas genuinamente hebreas con arabismos y términos del romance peninsular (particularmente mozarabismos), no sería sorprendente que este linaje tuviera su origen en un homónimo del Riesco cristiano viejo.
En definitiva, con relación al apellido Riesco, nada excluye la posibilidad de un origen plural, por repetición de la primera aplicación de apodo o de procedencia toponímica, por lo que las varias interpretaciones propuestas pueden ser conciliables entre sí.
El apellido Cabezas, que probablemente alude a alguna población de la zona de Ávila (Cabezas de Alambre, Cabezas del Pozo, Cabezas del Villar) debe inscribirse en esta categoría, porque no hay ningún topn. Cabezas familiar en el entorno geográfico de Calzada.
- Oficios y ocupaciones En esta categoría se incluyen apellidos profesionales y de estamento, algunos de ellos posiblemente generados in situ, en la propia Calzada medieval: Herrero, Aguadero, Campesino, Conde, Fraile, Monge, Emperaile, Ballestero, Tejedor, Terrero, Escribano. Sorprende encontrar ocupaciones de carácter más bien urbano (Aguadero ‘aguador’, o Escribano), que habrá que atribuir a desplazamientos centrífugos desde las ciudades en el medioevo o la primera modernidad. Martin aguadero figura como testigo en una carta de venta de 1273 de la ciudad de Salamanca (Martín et al., 1977). En las Ordenanzas de Zamora, el nombre del oficio es Aguadero y no Aguador (Del Canto et al., 1991). Aguadeiro es apellido portugués DOE). Iohan Escribano o Escrivano era notario público en Salamanca en 1273 (Martín et al., 1977). En medio rural, tampoco se entiende el apellido Campesino, por lo que tal vez se trate de un nombre de origen geográfico (alguien de tierra de Campos). Ballestero no tiene por qué entenderse como profesión militar, puesto que hasta acabada la Edad Media, era común la caza con ballesta por razones de subsistencia. Así, en las Ordenanzas del concejo de Montánchez, de 1385, se prohíbe a los vecinos de Cáceres que vengan a cazar con ballesta al término de Montánchez (Floriano, 1987). Las referencias a la artesanía textil (Emperaile y Tejedor) no sorprenden, dada la vigencia hasta fecha reciente en muchos pueblos de la zona de estos oficios. El primero parece ser una variante popular del apelativo peraile o pelaire ‘oficial de la fábrica de los paños, cuya ocupación es cardarlos à la percha, colgarlos al aire: lo que executan varias veces, llevando el paño al batan y volviendole à la percha, hasta que les paresce estar bastantemente suave’ (Edición de 1737 del Diccionario de Autoridades; para la etimología, vid. DECat, voz parar). Como tal, se trata probablemente de un apellido ‘de oficio’ creado localmente. Calzada tenía varias familias dedicadas a tejer; y hasta época reciente hubo una cardadora de lana. Sobrevive como topn. en Castellanos la casilla de Perailes, cercana a la carretera de Salamanca, aunque ésta es adaptación popular de un antiguo Pedro Arias.
El apellido Terrero parece también describir una ocupación. Es posible que se trate del que llevaba en renta las tierras señoriales o eclesiásticas del pueblo. Más probable es que se trate del oficial que hacía tapias, pisando tierra. En documentos medievales aparece el apodo, luego apellido, Pisabarro, que probablemente alude a la misma ocupación.
- Rasgos físicos y circunstancias personales
Alusivos a la complexión de la piel o al color del pelo serán los apellidos Moreno, Blanco, Rosado, Bazo ‘de piel morena’, Berrendo ‘manchado de dos colores’ (véanse ejemplos de estos dos últimos términos en el Diccionario Histórico de la RAE, ed. 1936, letra B). Crespo es descriptivo del que tiene el pelo rizado o encrespado; ya se documenta como apellido en 1064, en San Millán de la Cogolla (Díez Melcón, 1957), aunque es de distribución general en ámbito castellano y leonés. Su origen como apodo aparece visible en el nombre de un propietario medieval, «Martin Pelaz, el Crespo» (Lera Maíllo et al., 1998), que vende unas tierras en Carrascal de Golpejas en 1203. Entizne, que se corresponde con la forma dialectal salmantina entisne, entizne ‘tizón’ puede tener varios orígenes: a) alusivo al oficio de carbonero; b) aplicado a alguien de piel oscura, tiznada; c) [más improbablemente] referido a algún episodio inquisitorial, si alguien de la familia hubiera pasado, en cuerpo o en efigie, por las hogueras del Santo Oficio. Compárese con el apodo registrado en 1406 en un documento de Cáceres: «Alfon ferrandes Xamuscado» (Floriano, 1987).
Cobo es evolución de calvo por vocalización de la líquida implosiva y cierre del diptongo resultante, como ya mostró Menéndez Pidal (1950). Rodericus Covo figura como testigo en una carta de venta salmantina de 1201 (Martín et al., 1977). El origen de este apellido en un apodo, ‘el calvo’, queda de manifiesto en la siguiente cita: «ego Peidro Domínguez el Covo, de San Cebrián, vendí a los fradres de Quintaniella una vinea», en una carta de venta de 1214 (Sánchez-Prieto, 1999). En otra carta de venta figura como testigo «don Mate, fi del covo» (1204). Luengo es apellido descriptivo del hombre largo o alto; ya figura en un documento salm. de 1133 un Petrus Longus (Martín et al., 1977).
El apellido de Forfoleda Segurado puede entenderse en el sentido impreciso –a falta de mayor información- de ‘el que goza de una garantía o seguridad, el protegido; el resguardado, el socorrido’. En el Fuero de Salamanca, segurancia es ‘garantía, tregua’ (Alvar, 1982). Con la misma forma, es apellido portugués, que Machado (DOE) interpreta como simple participio de segurar ‘afirmar, asegurar, precaverse’. ¿Quizás alude el apellido a una cualidad moral: ‘el precavido, el prudente’? Guarido, apellido que se incorporó a Calzada hace unos cien años, es de procedencia sayaguesa, y de significación difícil de deslindar. En todo el medioevo es uniforme la significación de guarido ‘curado, sanado, restablecido’. En el Fuero de Zamora se usa esta voz: «yuguero a quien dieren bues sanos e guaridos». Tal vez se trate de un apodo que conmemorase alguna curación juzgada milagrosa. Bravo, que no es apellido originario de Calzada, tenía en época medieval el sentido de ‘feroz, pendenciero, peleón’; es apellido de distribución castellano-leonesa. Ya en 1095 figura un Dominigo Bravo en la documentación del Monasterio de la Vega (Valladolid) (Díez Melcón, 1957). Su uso como apodo queda de manifiesto en la referencia a un tal «Domingo Blasco el Bravo» aún en el s. XV, en tierra de Ávila (Barrios, 1981).
Romero es en época medieval el peregrino, generalmente el que ha ido a Santiago (más rara vez a Roma), aunque desde temprano empezó a usarse como nombre de pila: Romero Garzía es escribano en un documento leonés 1281 y Don Romero es comendador del Hospital de León en 1295 (Ruiz Asencio, 1994). Por ello tal vez una parte considerable de los apellidos Romero deba ser considerada simple patronímico. Criado es apellido de oficio.
Gordillo parece apodo alusivo a la gordura o a algún rasgo moral (vanidad, hinchazón): ‘De un cardenal legado, que era gordillo, estando en la corte del emperador Carlos Quinto, dijo don Diego de Mendoza, conde de Mélito, que más parecía chichón que cardenal’ (Melchor de Santa Cruz de Dueñas, 1574, Floresta española, ed. Maxime Chevalier, 1997). Quevedo incluye en sus poesías alguna referencia a la ‘gente del gordillo’, en la acepción ‘gente vulgar o del montón’: «Rábanos y queso y bota, en la gente del gordillo,/ dan más trabajo al gaznate que copones cristalinos» (Poesías, editadas por José Manuel Blecua, Castalia (Madrid), 1969-1971). En cualquier caso, convendría documentar el valor semántico del diminutivo. Zurdo es de significado evidente.
Romo es apellido que se constata en Valdunciel y pueblos vecinos. Probablemente tuvo una acepción análoga a ‘chato’; vid. DCECH, voz romo. En una donación de Alfonso X de 1284 se alude a un «Domingo Perez, el romo», lo que implica con seguridad un apodo probablemente por algún rasgo físico. En el libro de los Juicios de las Estrellas, anónimo de 1253, se describe así a Saturno: «de magra cara. & de oios fondos. & oluidadizo. & romo con el pico dela nariz gordo. & anchas narizes».
Malmierca es apellido muy antiguo, que ya figura en el Fuero de Salamanca (1178; Jiménez, 1986) como donante al concejo de 10 aranzadas de viña en Montenegro (que debe de ser zona boscosa próxima a La Rad: quizás es el paraje que luego, por antífrasis de buen agüero, pasó a llamarse Los Montalvos). Entre los pobladores, probablemente de origen leonés, que se asientan en 1203 en un solar próximo a Toro figura un tal Ciprianus Malmercha junto a un Rodericus Malcriado (Ed. Marciano Sánchez, Fueros y Posturas de Zamora, Salamanca 1987, 57-59). También en documentos de la catedral de León, donde se menciona la venta de una «uinea de Malmierca» en 1234 (Ruiz Asencio, 1993). El apellido tiene aspecto de mote: algo así como ‘el que compra mal’, ‘el timador’, ‘el mercader fallido’… Mierca en documentos leoneses significa ‘mercancía’ o ‘transacción de venta’. En el Fuero de Béjar: «que ninguno non pendre a ninguno que uiniere con mierca a Beiar» o » la mierca fecha, non se pueda ninguno repentir» (editado por Juan Gutiérrez Cuadrado, Universidad de Salamanca, 1974). Alfonso X recoge la frase: «Bien mierca ell omne con el torpe. & con el caydo. & tu assi faras comjgo» (Estoria de España, II, editada por Lloyd A. Kasten y John J. Nitti, Hispanic Seminary of Medieval Studies (Madison), 1995). Análogo en su estructura parece el apellido o apodo de un testigo zamorano (1168), Vilidi Malamoneda (Martín, 1982) o el antes citado Malcriado.
Garduño parece ser apodo aplicado al codicioso y ratero. Nieto es apellido en que aparentemente se petrifica el nombre de alguien notorio que fuera nieto de un poderoso. Ya figura como apellido en Eslonza (1182) (Díez Melcón, 1957). Es curioso, en cambio, el apellido Viejo. En Calzada, este calificativo aparece pospuesto a los apellidos para diferenciar (como el senior de los ingleses). Para que este término se haya convertido en apellido es preciso que, por sí mismo, haya tenido fuerza identificadora. Pedro Veyo es citado en la documentación del monasterio de Eslonza en 1248 (Díez Melcón, 1957). Hay diversas posibilidades, entre ellas la de que ‘viejo’ aluda a un poblador originario, anterior a la llegada de los repobladores medievales.
Un apellido de difícil interpretación es Lamano o de la Mano. Alonso de la Mano y Domingo de la Mano, criados del alcalde en la época del CME (ca. 1750) aparecen citados en otros puntos del documento como Alonso Martín y Domingo Martín. Lo mismo ocurre con el propio alcalde, Antonio [Martín] de la Mano. También figura este apellido en la s Respuestas Generales del CME (1752) de Ledesma: Pedro de la Mano, Ysavel de la Mano (Bejarano y Torijano, 1994). Parece que el apellido inicialmente vigente, Martín, recibió en algún momento esta aposición, con finalidad especificativa (análoga a los agnomina que encontramos en la documentación antigua de Calzada: de la Espina, de la Pola, mayor, viejo, de la rentera, de arriba, de abajo…, destinados a completar la especificación de una persona en casos dudosos).
Salgado, que aparece en la documentación del CME, es apellido que tiene cierto curso en Zamora y Salamanca. Es de distribución occidental; se documenta como apellido en 1173 (Eslonza), en 1176 (Vega) y en 1200 (Otero de las Dueñas) (Díez Melcón, 1957). Parece tratarse de un apodo ‘sabroso, salado; divertido’ pues no se documenta como toponímico. En 1242, Gonzalvo Pérez Salgado es un criado en Moreruela (Sánchez-Prieto, 1999); Petro Yuanes Salgado aparece mencionado en una carta de venta de la ciudad de Salamanca en 1273 (Martín et al., 1977). En ambos casos, salgado aparece como aposición tras el patronímico, lo que constituye indicio –no garantía- de apodo. Análogo valor al propuesto tiene el apellido Salido (lat. salitus ‘salado’) Saborido (‘sabroso’, ‘ocurrente, divertido’).
Barrado parece apodo antiguo, aunque es muy incierto su fundamento semántico. Pueden proponerse dos vías de interpretación: barrado como sinónimo de lat. varius ‘rayado, listado, abigarrado, manchado’, referido a algún defecto en la piel o en el pelo; o bien barrado como sinónimo de ‘lleno de barros o barrillos’, esto es, picado de granos (por la viruela); en efecto, llamaban barros al acné. Ya se registra en 1224 en Silos (Burgos) un Migael Barrado (Díez Melcón, 1957).
A falta de más datos, se incluye sin más el extraño apellido Salud, que figura asociado a un jornalero en el CME.
3.2.2. Distribución actual en la provincia de Salamanca de algunos apellidos antiguos de Calzada
- Aguadero es abundante en la capital y en la zona de Béjar
- Alonso es apellido común y disperso.
- Andrés es común y distribuido.
- Ayuso tiene una distribución dividida: por una parte, abunda en la Armuña (Gomecello, Tardáguila, Pedrosillo, Topas); por otra parte, en el Abadengo (Lumbrales, Ahigal de los Aceiteros, Olmedo de Camaces). Puede tratarse de un apellido originado localmente, producido por referencia a alguien que viviera en la zona baja (ad deorsum) de Calzada (de la iglesia hacia el oeste).
- Barreño y Berrendo existen todavía como apellidos –muy raros- en la capital de Salamanca. También Barrado (en Villamayor, Doñinos, Terradillos, Espino de la Orbada, Gejuelo del Barro).
- Bazo es medianamente raro. Se repite actualmente en Barbadillo. También en el Campo Charro.
- Cabezas es relativamente común en puntos dispersos de la Armuña y zona de Ciudad Rodrigo.
- Campesino es muy raro. Se da una cita en la capital.
- Castañeda es rarísimo en la provincia de Salamanca (zona de la Armuña) y Zamora, pero abundante en la de León.
- Conde es común en la Ribera y en la Armuña
- Emperaile ha debido de desaparecer del todo (quizás absorbido por Tejedor).
- Entizne es muy raro. Aparece con mayor frecuencia la variante Entisne (fiel a la pronunciación tradicional salmantina, como torresno por torrezno), que se repite en La Fuente de San Esteban
- Escribano es relativamente común. Se repite en la Armuña y tierra de Peñaranda
- Espino es muy raro. Consta una cita en Aldea del Obispo.
- Fraile: apellido común, disperso por la provincia, con mayor densidad en pueblos poco alejados de la capital.
- Gordillo es muy raro; aparece en Gomecello, Castellanos de Villiquera y otros puntos dispersos de la provincia.
- Gudino: sobrevive el apellido en Calvarrasa de Abajo y en Pelabravo
- Lorenzo es común, y abunda en la Ribera (Arribes)
- Macías es abundante en la Armuña (La Vellés) y diseminado en el resto de la provincia
- Malmierca consta como apellido actual en numerosos pueblos de la provincia
- Nieto es común y muy distribuido
- Pablos es relativamente común y muy disperso.
- Riesco es relativamente frecuente en la Armuña (Palencia de Negrilla, La Vellés). En Zamora abunda en Guarrate y tierra del Vino, así como en el valle de Vidriales. En León es frecuente en la zona de la montaña, por Villablino especialmente.
- Rosado es raro pero distribuido.
- Sevillano es relativamente común por la zona de Vitigudino. En la provincia de Zamora se repite en Toro, Abezames, Villalazán, Villaralbo, El Maderal…
- Tejedor es frecuente en toda la provincia.
- Terrero aparece con frecuencia en San Cristóbal de la Cuesta
- Vicente es frecuente y diseminado.
- Viejo es apellido raro, del que consta una cita actual en Candelario
- Villanueva: este apellido no figura en los documentos notariales de Calzada más antiguos (los del s. XVII). Esto, unido a su actual distribución (Castellanos, Calzada, Tardáguila, Palencia de Negrilla, Forfoleda), parece avalar la hipótesis de que el apellido tenga su origen en Villanueva de Cañedo, que se despobló posteriormente.
- Zarza es frecuente en la sierra y en el campo de Vitigudino
- Zarzoso es raro. Se cita actualmente en Forfoleda
- Zurdo es de distribución dispersa en la provincia
3.2.3. Antroponimia popular
Variantes calzudas de nombres de pila: Feferino por Ceferino. Tóbal o Tobalo por Cristóbal. Faco o Facurriño por Francisco (también Quico). Tuto por Restituto. Empera, de Elena Emperatriz, la patrona del pueblo.