Salamanca se encuentra a sólo 14 km de Calzada de Valdunciel. De todos es conocida su enorme riqueza monumental, por lo que no vamos a detenernos en ella. A cambio, nos gustaría dar a conocer algunas pequeñas joyas que encierra esta comarca.
LAS “TRES CATEDRALES” DE LA ARMUÑA
La Armuña, comarca a la que pertenece Calzada de Valdunciel, tiene en cada uno de sus pueblos y lugares una iglesia, cuya torre campanil se divisa en la distancia. De todas estas iglesias destacan tres que se conocen como “Las tres catedrales de la Armuña”.
A escasos seis kilómetros de la capital salmantina y a 13 de Calzada, la iglesia parroquial de VILLARES DE LA REINA aún destaca por encima de los nuevos edificios de vivienda. Sus muros, marcados por las estaciones del Vía Crucis, inician y finalizan un recorrido que termina en la portada protobarroca (1619) presidida por San Silvestre, santo titular y patrono del lugar.
El sorprendente interior, diseñado sobre planta de cruz latina, acoge al visitante con el hermoso escenario frontal compuesto por los retablos que cubren el altar mayor y los brazos del crucero, todos ellos de la segunda mitad del siglo XVII. Con perfecta adaptación al marco, queda articulado en un solo cuerpo de tres calles, diferenciadas por pares de columnas salomónicas y un ático en el que luce un bello Calvario flanqueado por los santos arcángeles Miguel y Gabriel. Sobre él, en la bóveda de medio cañón se contempla la Gloria que pintara Domingo Nieto en1680. En los brazos del crucero y en los muros de la nave, otros seis destacables retablos llaman la atención.
También a 13 km (recorridos primero por la N 630 y después por la SA 601) está PALENCIA DE NEGRILLA, antigua capital de la comarca, cuyo templo de la Santa Cruz encierra una de las más preciadas joyas del patrimonio artístico salmantino, como lo corrobora su declaración como Bien de Interés Cultural en el año 1969. Mientras la pequeña portada románica abierta en el muro norte nos habla del lejano origen, la opuesta y principal, con la labor ornamental que recuerda la de la catedral de la capital, nos lleva a los primeros años del siglo XVI.
De nuevo, tres retablos, el mayor y otros dos situados a ambos lados del arco triunfal (todos ellos del siglo XVI), captan prontamente la atención, no sin antes detenerse ante el magnífico Cristo de la Piedad de gran devoción en la zona, datado en el siglo XIII, o ante su notable techumbre mudéjar.
A 8 km de Palencia de Negrilla se encuentra VILLAVERDE DE GUAREÑA, donde se alza la fábrica de su templo parroquial del siglo XVI. Declarado Bien de Interés Cultural en 1993, su bella portada, con recuerdos del gran Rodrigo Gil de Hontañón, abre el acceso a la única nave que, libre de obstáculos, permite la limpia visión de su cabecera rectangular; en ella se alza un magnífico retablo de la segunda mitad del siglo XVIII, en el que sus seis altas columnas lo estructuran en seis calles por las que se reparten imágenes y pinturas procedentes de otro anterior.
Estas tres “catedrales”, como les gusta decir a los parroquianos, constituyen el mejor umbral de entrada en una comarca con otros notables templos como el de Forfoleda (a 4 K por la DSA 510) o el de Torresmenudas (a 8 km por la misma carretera) distinguidos en su día, también, con la máxima distinción de protección otorgada por la Junta de Castilla y León para sus bienes patrimoniales.
CASTILLO DEL BUEN AMOR
Es un claro ejemplo de las denominadas fortificaciones del llano y se ubica en el municipio de Topas, junto a la localidad de Villanueva de Cañedo, ya próximo a las tierras zamoranas (a 11 km de Calzada de Valdunciel).
El origen de tan sonoro nombre no defrauda al viajero. Aunque la leyenda lo atribuye a los amoríos del arzobispo Don Alonso de Fonseca y su amante Doña María de Ulloa, parece ser que el impulsor de esta fortaleza fue un primo suyo, Don Alonso de Fonseca Quijada, obispo de Cuenca, Ávila y Osma.
Este último transformó una antigua fortificación del siglo XI en un palacio residencial de estilo gótico, donde habitó con su amante, Dª. Teresa de las Cuevas, y sus cuatro hijos. Claro ejemplo de las denominadas fortificaciones del llano, se ubica en el municipio de Topas, junto a la localidad de Villanueva de Cañedo, ya próximo a las tierras zamoranas.
Al acercarse, llama la atención el gran foso defensivo de 15 metros de anchura y 8 de profundidad y la torre del homenaje, situada en uno de los extremos en diagonal respecto al resto del castillo. En las otras tres esquinas se hallan sendos torreones circulares.
Construido en piedra franca de Villamayor, en sus gruesos muros se pueden reconocer las armas de la familia Fonseca. Un patio organiza el recinto interior, con una bella galería en tres de sus lados. En la actualidad alberga una posada real con encanto.