El aumento de residentes ha permitido rejuvenecer la pirámide de población en Calzada de Valdunciel y asentar vecinos entre los que predominan las familias jóvenes con niños pequeños

Vecinos de la localidad a la puerta de la parroquia de Santa Elena mientras los niños juegan. | EÑE

El crecimiento del número de vecinos en la localidad es una realidad con la que cada día conviven los calzadenses, que en la última década han pasado de ser 620 a los 780 que registra en la actualidad el municipio. Este incremento de casi el 25% además incluye un dato significativo, y es que la pirámide poblacional de la localidad ha rejuvenecido de manera notable, revirtiendo los porcentajes de edad e igualando los jóvenes el número de veteranos, con cerca de 140 vecinos en cada colectivo, a la par que avanza el número de niños pequeños en el pueblo.

En las raíces del crecimiento de esta localidad hay argumentos de trabajo importantes que se aplican a colectivos de todas las edades y que incluyen desde medidas para ayudar a conciliar la vida laboral y familiar para las parejas con niños pequeños, hasta residencia y Centro de Día para los veteranos. Los números son el tozudo reflejo del buen recibimiento que logran estas apuestas y así, la guardería municipal ha pasado de atender 3 niños a 20. La residencia de mayores comenzó con 4 personas y ahora, no sólo está llena, sino que tiene lista de espera.

La guardería ha pasado de atender 3 niños a 20 y la residencia de mayores de 4 personas a tener lista de espera

Estos datos también suponen un estímulo de trabajo para el Consistorio que anuncia nuevas iniciativas tras las inversiones realizadas en la actualización del colegio. Ahora se van a reformar las aulas de Infantil para transformarlas en ludoteca, con la idea de atender también por las tardes las necesidades de las familias con niños pequeños, algo que será realidad “en el primer semestre de 2020”, destacó el alcalde, Román Hernández.

Pero no sólo con medidas económicas se apoya el asentamiento de población, sino también fomentando el tejido social y asociacionismo, que ya cuenta con una agrupación de mayores a la que en breve se sumará otra de jóvenes para dinamizar este colectivo.

Calles atractivas para las parejas con niños

Ser un municipio atractivo para las familias jóvenes, pero sin descuidar al resto de colectivos de distintas edades, es uno de los retos que está abordando el municipio. “Tenemos que ser un pueblo bonito, atractivo y ordenado, en el que mantenemos nuestras raíces e identidad pero no renunciamos a la modernidad”, señaló el regidor, Román Hernández: “Hay que dotar a los pueblos de todos los servicios necesarios para la vida cotidiana para que nadie se acuerde de la ciudad”. La identidad y singularidad del pueblo pasa también por vincularse a su hítos históricos, como su pertenencia al Camino de Santiago y la Ruta de la Plata, por los que reciben peregrinos durante todo el año, tanto de paso como en su albergue e incluso en el nuevo mirador, una infraestructura única en la zona y que permite ver tanto el paisaje como la fauna de la comarca con sus prismáticos gratuitos. Que los niños puedan vivir en un entorno sano, sin polución, sin semáforos es algo que se puede hacer ahora mismo en la localidad. “Creo que el futuro a largo plazo es que la gente revierta en los pueblos, porque son el punto en el que se genera la alimentación de todos, algo imprescindible. Si producimos aquí los productos de alimentación el siguiente reto es gestionar en el medio rural la transformación de esos productos y afianzar población a la par que crear empleo”, considera Román Hernández.

Noticia aparecida en La Gaceta de Salamanca el 26 de agosto de 2019
https://www.lagacetadesalamanca.es/provincia/el-pueblo-salmantino-donde-los-ninos-vuelven-a-jugar-en-las-calles-YC1501177?fbclid=IwAR0Mebu9Gml5jkmiv9ENHAoy3zvGiyKeDKSME7TGvQldU9uuyYuzBMjfkqM